jueves, 7 de junio de 2018

“Sobre la sensualidad, el erotismo y los cuerpos disidentes: el cabaret, las rumberas, las ficheras y el arrabal” por Isabel Cristina Cetina Castillo




  Mucho hemos escuchado hablar del erotismo a lo largo de nuestra vida, quizá sin realmente deconstruir su significado. En primera instancia, inmediatamente, viene a la memoria la imagen de algo sensual, pero ojo, relativo exclusivamente a lo sexual. ¿Qué pasaría si descubriéramos que lo sensual tiene más que ver con los sentidos que con lo sexual? efectivamente la dimensión de lo que vemos, olemos, escuchamos, sentimos, saboreamos adquiriría otra óptica.
Sensual (Según la RAE)[1]
Del lat. tardío sensuālis.
1. adj. Perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos.
2. adj. Que incita o satisface los placeres sensuales.
3. adj. Dicho de una persona: Inclinada a los placeres sensuales, especialmente a los relacionados con el sexo.
  ¿Qué tiene que ver todo esto con el Erotismo? La sensualidad está íntimamente relacionada con el goce de los sentidos, incluido el goce del cuerpo, el goce sexual, pero no se limita únicamente a ello. Quizá sea por eso que es la base del Erotismo y es que resulta ser más basto pero ¿Qué es el erotismo y cuál es su relación con la sensualidad y los cuerpos disidentes?
Erotismo (Según la RAE)[2]
Del gr. ἔρως, ἔρωτος érōs, érōtos 'amor sexual' e -ismo.
1. m. Amor o placer sexuales.
2. m. Carácter de lo que excita el amor sexual.
3. m. Exaltación del amor físico en el arte.
Básicamente la idea de enlazar estos conceptos para construir nuevas realidades se basan en que la sensualidad en el concepto de erotismo se ha depositado en la parte sexual, en el disfrute del amor físico, la disidencia radica en que cuando hablamos de erotismo en la actualidad ligamos su concepto e imagen a una serie de requisitos consumibles y atractivos desde el punto de vista de mercado (como si de mercancías hablásemos) y la disidencia hace ruptura con esas relaciones de poder y de mercado, porque sí, el erotismo viene cargado de un intercambio de poder cuando se acepta que tal o cual concepto es válido como erótico y nos atenemos a sus reglas.
 Por ejemplo, cuando consideramos en el imaginario popular que lo erótico vendría a ser representado por una mujer de medidas perfectas, grandes senos, grandes caderas y cintura pequeña, de cabello rubio, tal como nos lo venden los medios de comunicación. Éste es apenas un estereotipo de lo considerado sexualmente atractivo. Mientras que una mujer con espalda ancha, caderas angostas y senos pequeños podría ser catalogada como si no fuera lo suficientemente erótica. Es ahí donde comulgan estos tres conceptos para generar un nuevo paradigma del erotismo, la ruptura de los cánones de lo bello comercial dando primacía al goce y a lo bello anticanónico, porque, de hecho, todos los cuerpos merecen placer y todos los cuerpos son bellos. Así que a la próxima vez que te veas en el espejo y veas esa lonjita asomando por encima del resorte del calzón, bendice tu cuerpo, ámalo y siéntete capaz de ser una criatura con todo para gozar.
¿Cómo el cabaret puede unir ésta lucha paradigmática? Ofreciendo una cara visible, empoderada, de ruptura y de goce  (visual, auditivo y corporal a través del baile y canto) para los cuerpos que antes tenían, bajo la sombra, que expresarse tímidamente. En el momento en que tomamos la consigna de Carol Hanisch -cuya frase modestamente la adjudica al movimiento feminista en vez de autoproclamarse autora- “lo personal es lo político” tomamos conciencia del poder que tiene visibilizar todos los cuerpos. Y esto resume bastante bien la intención del erotismo disidente diría yo que trata sobre que mi cuerpo es personal, poderoso, imperfecto, bello, erótico y yo decido sobre mis placeres. El erotismo es parte de mí goce. La nueva ola de cabaret y burlesque tiene ese sello, el de mostrar una nueva cara de los cuerpos y su consideración en lo bello, esta ola extendiéndose aún con más fuerza desde mediados de los años 90’s en Estados Unidos, Europa y América Latina, más aun con la lucha encabezada por grandes colectivos Trans, que por cierto, la marcha del orgullo gay surge precisamente de ésta disidencia en lo considerado bello, la deconstrucción del cuerpo, la sexualidad y su funcionalidad.



  El cabaret surgió en la revolución Francesa y se extendío en la segunda mitad del siglo XX, un ejemplo es el Moulin Roug, se extendió a Berlín y de ahí para el mundo. En México se popularizó alrededor de los años 50’s en las carpas, de donde surgieron figuras como Tintan y Cantinflas. En el cine se popularizó la figura del show de cabaret con el cine de rumberas y, posteriormente, con el de ficheras, adaptándose a estéticas de la moda en voga y a las situaciones sociopolíticas reinantes. Por ejemplo, en la época de las rumberas, el cabaret floreció entre otras cosas por el crecimiento del fenómeno citadino y la migración tumultuosa de la gente de campo a la ciudad. Era la respuesta política al conservadurismo familiar, social y de los roles de la mujer. Vemos en la pantalla un esquema casi idéntico en la narración de más de 100 películas que fueron rodadas por esos años (merodeando los años 50’s), éste consistía en  sin número de mujeres que inocentes fueron arrastradas al arrabal perdiendo su inocencia y candidez hasta que alguien –una versión más machirula del príncipe valiente- las rescata del mundo de la perdición, esto es, en la mayoría de los casos.


Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que fue, con todos los bemoles del tiempo histórico, un avance en cuestiones de visibilización: las mujeres podían y de hecho lo hacían, trabajar en el “show bisnes”, mostrar carne y aun así permanecer intactas en su capacidad de enamorarse, ser fieles y enseñar mucho más allá de las rodillas que mostraban las chicas más atrevidas de la época. Vino un tipo de moda cinematrográfica en la que se romantizaba la idea de la femme fatal casi mártir (al menos en el cine), todo de tal manera que el espectador se llevase una moraleja edificante sobre la reivindicación.

El tema de las rumberas y las ficheras merecen una atención especial porque, aunque reproduciéndose al margen conceptual machista y patriarcal es rescatable el hecho de la divulgación de una imagen distante a la que se venía manejando de la mujer tradicional. Hubo un antes y un después, una ruptura política, aunque faltó aún mucho más tiempo para brincar de la imagen estigmatizada de sensualidad y pecado a la de sensualidad simplemente y es que ese “simplemente” sigue lleno de perjuicios. Es en el tiempo de ficheras que encontramos una imagen más lúdica de la sexualidad, todo se trata de situaciones calientes, sobre todo en los estratos medios y más bajos de la sociedad, el cine encuentra el escenario perfecto entre el cabaret, el sexo y las profesiones ordinarias como lo son los taxistas, mecánicos, carniceros, lecheros, etc.
El cabaret nunca se desvinculó de la sociedad, sólo se fue adaptando y dando respuesta política (involuntaria o no) a la realidad.




En la actualidad hay un nuevo boom que va más allá de una sala de cine. En el teatro y en colectivos de las ciudades de todo México florecen presentaciones que giran en torno al cabaret (Sólo en el 2018 y por mencionar algunos: Circo de los horrores en todo México, Cabaret literario en Mérida, Arrabaret Mérida, primer Festival de Cabaret en Guadalajara, Cabaret: E-rexiones, 1er encuentro de Cabaret en Veracruz, Peep Show Monterrey, etc) y es que el concepto ha pasado de ser un tipo de entretenimiento nocturno para adultos sin más ni más a un tipo de conciencia social que empodera al que lo hace y al espectador que lo mira, irrumpiendo con la destrucción de pre-conceptos de erotismo, en el marco del entretenimiento visual y teatral más exquisito y es que ¿Cómo cambiar la experiencia de primera mano en un teatro o en un foro en éste mundo de tanta desconexión humana? Hacer y disfrutar del cabaret es todo un acto político.


Películas de Rumberas:
·       Gángsters contra charros (1947)
·       Salón México (1948)
·       Calabacitas tiernas (1948)
·       Aventurera (1949)
·       Sensualidad (1950)
Películas de Ficheras:
·       Bellas de noche (1974) 
·       Las ficheras (1976)

Fuentes:
http://www.escenalatina.com/2017/09/la-historia-del-cabaret-en-mexico/
http://cinemexicano.mty.itesm.mx/rumbarr.html
http://cinemexicano.mty.itesm.mx/libros/somos_rumberas.html
https://regeneracion.mx/origen-de-la-marcha-del-orgullo-gay/
https://carteleradeteatro.mx/2016/el-cabaret-de-la-risa-a-la-conciencia/



[1] Real Academia de la Lengüa
[2] Ibíd. Ídem

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